lunes, 7 de marzo de 2016

CANSANCIO Y HASTÍO.

CANSANCIO Y HASTÍO.

Muchas veces no levantamos por la mañana con toda la intención de tener un gran día! Realmente nos proponemos que éste será perfecto, será genial y nada ni nadie va a cambiar esta convicción. 
Pero con el paso de los minutos y las horas van sucediendo cosas que nos hacen ponernos nerviosos, sentimos ansiedad, cansancio, estrés y lo que iba a ser un día maravilloso termina siendo uno más de nuestros días en los que no sentimos ni motivación ni felicidad.
¿Qué pasó que hiciera que nuestra intención no perdurase con firmeza en nuestro interior?
¿Qué cosas sucedieron para no poder controlarnos?
¿Qué hay de debilidad en nosotros mismos para dejarnos llevar por los malos momentos?
¿Realmente era tan intensa nuestra intención de tener un gran día?
¿Hemos podido determinar qué significa para nosotros un gran día?

Intentaré transcribir aquí lo que en mi sucede en el día a día porque también he podido experimentar con "agrado" estas tantas situaciones. Y digo con "agrado" porque gracias a poder pasar por ellas es que me he dado cuenta de que todas las preguntas antes expuestas tienen respuestas claves para la resolución de un único problema, esto es, ALEJAR DE NOSOTROS EL SUFRIMIENTO.

Una de las cosas que sucede a menudo cuando comenzamos nuestra jornada de trabajo es que nos llenamos de EXPECTATIVAS sobre el día que queremos o deseamos tener. Y, si por ejemplo, nuestro jefe  nos mira mal o nos reclama cualquier cosa, porque él está pasando por un mal momento, inmediatamente sentimos que hoy no será ese gran día. Para sentirnos plenos y felices deseamos que nuestro jefe nos tenga en cuenta, que tenga una buena valoración de nosotros, que nos encargue tareas de responsabilidad, que elogie nuestro trabajo. Pero en cambio ese día no pasa nada de esto y toda nuestras hermosas expectativas de desmoronan como un castillo de arena y a continuación parece que lo demás castillos de arena creados por nuestra mente llena de deseos y anhelos positivos se van desmoronando también. El problema radica en DÓNDE COLOCAMOS NUESTRO ANHELO DE FELICIDAD. Cuando colocamos nuestro anhelo de felicidad en nuestro jefe, nuestros compañeros, un ascenso, una subida de sueldo, un elogio, etc. Estamos colocando nuestras felicidad pendiendo de objetos y sucesos externos a nosotros mismos. 
Es realmente efectivo mantenernos inalterables ante todas estas situaciones y sucesos externos. Realmente si somos buenos o malos como trabajadores o seremos capaces o no de desempeñar cualquier actividad lo ponemos en manos de la opinión de terceros.
Piensa que:
Yo soy hermos@ por dentro y por fuera.
Yo soy positiv@ y cap@z de cualquier cosa.
Yo soy todo lo eficiente que puedo ser.
Yo he hecho lo mejor y he puesto todo mi corazón en lo que he hecho.
Yo me siento en paz y en armonía conmigo mism@.
Yo soy feliz.
Y con la seguridad de que éstas afirmaciones están más que arraigadas en nosotros mismos nada de lo que suceda externo a nosotros podría alterar nuestro estado de ánimo. 
Le damos poder a sucesos fuera de nuestro control, cuando el verdadero poder está dentro de nosotros mismos. Somos únicos, maravillosos, capaces de lograr cualquier cosa y no dejes que nadie te convenza de lo contrario.- 
Que puedas ver lo maravillosa que es tu vida!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu opinión.